29 mayo 2012

Cosas que molan


¡Cómo mola estrenar bici! no hace falta que sea nueva, si es de segunda mano me sirve, pero que vaya decentemente. Eso sí, por favor.

Desde que vinimos a Holanda, la bici se ha convertido en nuestra mejor amiga. El tranvía, metro y bus son otras alternativas, pero ninguna tan barata ni rápida como tener una bici de segunda mano en la puerta de tu casa para ir donde tú quieras. Lo único malo que tiene es, que cuando llueve, te mojas. ¿Qué raro, verdad?

*Antes de nada, debo confesar que cuando hace frío polar o llueve una cantidad que yo considere excesiva, e aquí una que se va a trabajar en metro o tranvía. Pero entenderme, vosotros también lo harías, verdad? Los holandeses NO.

Empezamos teniendo 2 bicis. Una pequeña y otra grande. Las compramos en un mercadillo de segunda mano por un precio que os daría risa si lo dijera. Venga, 60 euros las dos! La verdad es que ambas bicis se han portado muy bien. Han aguantado cargadas como mulas después de una compra, 2 personas en una misma bici,  caídas, golpes, pinchazos, subidas y bajadas de bordillos sin consideración alguna...

Pero el hecho de que sean de n-ésima mano (o a saber) ya advierten de que su esperanza de vida no será muy larga. Todo depende de tí. Si las cuidas como unas ancianitas o las tratas como un cacharro que te lleva. Nosotros estamos más en la última opción.

Hace un tiempo conseguimos otra bici, la señora bici, por 20 euros. Ya teníamos 3. Pero debido a un pinchazo y la intentona de arreglarlo, se jodió el freno. Las bicis holandesas no son moco de pavo. Desmontas una pieza, la vuelves a montar como estaba antes, pero ya la cagaste. Ya no es la misma bici. Putada! Fue una lástima perderla. Todavía anda por el jardín, no sabemos dónde enterrarla. 

De tener 3 bicis pasamos a 2 bicis, y de 2 bicis pasamos a 1. Por qué? porque nos robaron la pequeña. 

Después de varios meses de andar con esa bici y otra prestada, el finde pasado decidimos comprar un par de ellas. Y qué bicis! Ya era hora! fuera los esfuerzos físicos innecesarios, los arrastres de lengua en una recta sin pendiente y los males de culo y de manos. Bien!


Bici nueva

Para estrenarla me fui por el Sur de Rotterdam en busca de un regalo para un amigo holandés: una paella y su correspondiente aplique para las cocinas de gas. Me comentaron que en una tienda de productos españoles tenían, así que fui en busca de la tienda! La encontré, pero no encontré lo que quería. Solamente apliques para botellas de butano. ¿En qué casa de Rotterdam hay botellas de butano?  ninguna de las que conozco o he visitado tienen! Intento fallido.

Todos los expatriados sabemos lo difícil que resulta encontrar las cosas típicas de tu tierra. Tendremos que buscar más.

Aunque no encontré lo que buscaba, gocé del sol, del aire calentito, hice ejercicio durante hora y media y me perdí por algún que otro barrio intentando llegar a casa. Menudas casas tienen los holandeses por los barrios del Sur. ¡Quién pudiera! Y además, jugué un poco con la cámara.


Evidencia de un día soleado.


Primer plano en marcha

metro

Qué gustazo da pasear con la bici cuando hace 27ºC. No es algo que pase todos los días, de hecho, hoy ha vuelto el cielo encapotado y el fresco. Pero la semana pasada en Holanda ¡era verano! y eso había que celebrarlo.


http://picasion.com




1 comentario:

  1. 27grados?? LOs holandeses se derritirian!!! haha. una bici preciosa!, queremos más posts!!!!!!!! miss you! love. xx

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